8.23.2007

Mis viejos tienen el sueño ligero

Me carga que mis viejos duerman con la puerta de la pieza abierta, porque queda junto a la puerta del baño y se escucha todo cuando cuando salgo de mi pieza tratando de hacer poco ruido, pero se escucha igual. Y se escucha todo cuando abro la puerta del baño y entro sin prender la luz, para que esta no los despierte. Y una vez adentro trato de cerrar la puerta despacio, pero se escucha todo cuando se cierra la puerta, y cuando volteo. Se escucha todo cuando lanzo un enrome alarido de horror al ver un cadaver en la tina, y cuando tropiezo de impresión y espanto porque acaba de voltear para mirarme. Y se escucha todo cuando se atora la puerta y la golpeo desesperado para poder salir, y cuando el cadaver se me tira encima para comerme el cerebro.

8.20.2007

Recuerda: “el balón es tu amigo”

Mis pelotas lo serán…

El profundo terror que produce el esférico al encontrarse en mi perímetro es una hueá ridícula e inexplicable. Los machos rancios circundantes lo dominan, se lo pasan unos a otros, primero al de allá, luego a este que está por este otro lado, luego a este que está acá… mierda me están mirando a mi… me va a dar un pase, por la chucha qué cresta hago. Miro para otro lado y me hago el hueón. La pelota pasa por mi lado. A mis espaldas escucho un “pero hueón”, me doy vuelta “¿ah? Es que no estaba pescando…” mentira…

Cuantas veces me tocó viajar en la micro (amarilla), ya sea con los de abajo o con la garra blanca… los hoyos de avenida Matta son una cosa, pero las barras bravas son otra, no hay mejor manera de hacer cagar los amortiguadores de una micro. Hubo un tiempo en que me esforzaba en recordar mínimo una canción de cada equipo para sacarme los pillos en la calle los días de partido.

Es el fútbol en sí y lo que produce en la gente… en los hombres. Hay algunas mujeres que rayan con el fútbol también… no hay espectáculo más aberrante.

“¿Y, Zamorano… Jugai a la pelota?” “Ni a las bolitas compadre, de vez en cuando pin-pon de bolsillo, aunque igual pierdo...”

El miedo al balón es una hueá tanto física como social… me da miedo que me llegue un pelotazo tanto como verme en la obligación de… manipularlo sería la peor palabra que podría elegir, pero se entiende la idea… me da miedo hacer el ridículo.

“huuuuuuy, pero si es una nena”

¿Qué cresta hay que hacer para tener cojones? ¿Usar falda y no llevar ropa interior cuando hace un frío de mierda como los escoceses? ¿Realmente me debo seudo-excitar cuando veo un modelo de auto muy, pero muy caro? ¡Pero si no hay hueá más fea que un auto! ¿Debo pronunciar con exageración las Ss y las Zs y exclamar “¡pero qué cono oz paza jjjjoderrr¡”? ¿Debo talvez ir al gimnasio y untar con aceite los músculos que me salgan producto del ejercicio?… no, eso es gay…