El perro ya no juega con las visitas.
Ya no ladra.
A los 15 años sigue siendo aún un cachorro.
El perro, a los 15 años, sigue siendo la felicidad encarnada en una criatura viva y hermosa.
El perro viejo, con los viejos, en la casa vieja, junto a la tele vieja, los cuadros viejos, junto al polvo de los muebles, sale a dar una vuelta, amarrado. Mea, caga, y se entra. Hace frío. Se acerca, para que le hagan cariño. Se acurruca.
El perro viejo ve la tele vieja junto a los viejos, en la casa vieja.
Ojalá que duerma bien esta noche.
Ojalá que duerma cómodo entre los viejos.
Ojalá que le hagan cariño, harto cariño, que yo no voy a estar ahí.
Yo quiero que el perro ladre, que juegue, que siga jugando.
La casa vieja se queda vieja y triste.
El perro se muere de ganas por jugar con las visitas, pero ya no juega con las visitas. Ahora descansa mientras se deja acariciar.
El perro se muere de ganas por jugar con las visitas.
1 comentario:
Hola, bonita página y bonito blog, quizás falta un poco de dinámica, color, o.O algo por el estilo. Ugh, por lo demás, el sitio es tuyo y te lo culeas cuando quieres.
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